Persiguen, desaparecen y asesinan a los integrantes de movimientos sociales que denuncian la explotación, el saqueo de los recursos naturales y la contaminación que provocan las transnacionales. Fabián Laverde ofrece a teleSUR sus impresiones.
El líder social Daniel Abril, reconocido defensor de derechos humanos en Colombia, fue asesinado el pasado 13 de noviembre en Trinidad (Casanare) en manos de paramilitares.
El dirigente comunitario se había destacado por sus posiciones a favor de las comunidades de las zonas de influencia de la industria petrolera y la protección de los recursos naturales de la región.
A esto se le suma el asesinato por el Ejército colombiano de un campesino en el Cauca, tras un operativo donde también resultaron heridos otros siete campesinos.
El defensor de Derechos Humanos de esa nación, Fabián Laverde, ofreció una entrevista exclusiva para la web de teleSUR, a propósito del asesinato de Abril.
¿Cuál es el panorama de los derechos humanos en la región donde fue asesinado Daniel Abril?
Lo que sucede en esta región no es nada particular a lo que está sucediendo a nivel nacional. Existe un patrón de comportamiento bastante fuerte y reiterativo que se está viviendo en todas las regiones. Si revisamos en suroccidente la situación es muy grave en el departamento del Cauca, de Nariño, de Putumayo (suroeste). Si miramos al oriente colombiano, que es la región donde han asesinado cobardemente a Daniel Abril, la situación se repite.
En este sentido identificamos varios elementos importantes. El primero, una negativa por parte del Gobierno nacional en reconocer que existe paramilitarismo. Segundo, hay negligencia absoluta frente a las denuncias que desde el movimiento social realizamos en cuanto a las situaciones de amenazas y en las acciones concretas contra nuestros habitantes de estos territorios.
Todo eso está ligado a la oposición frente al tema de la extracción de los recursos naturales por parte de nosotros los defensores de los derechos humanos y de las organizaciones populares y campesinas. Por ejemplo, como pasa en los llanos orientales, una región productora de petróleo en grandes proporciones y especialmente en el departamento de Casanare.
Hace más o menos 30 años, Casanare fue tristemente célebre por la presencia de la compañía British Petroleum, que a la par de la explotación, del saqueo de los recursos naturales y de la contaminación hídrica, también emprendió una persecución a los líderes sociales y fortaleció el aparato paramilitar.
Justo donde asesinaron a Daniel Abril, el año pasado las comunidades denunciaron los daños ambientales, la represión y la criminalización de los movimientos sociales. Fue así como junto al senador Iván Cepeda realizamos una audiencia pública en el municipio de Casanare. Debido a la cantidad de denuncias se hizo otra audiencia, sin embargo, nada nuevo ha pasado.
¿De dónde provienen las principales amenazas a estos líderes sociales?
Aunque no tenemos pruebas para demostrarlo de manera tangible, podemos asegurar que cuando las organizaciones y los movimientos sociales hacen algo con relación al tema de las afectaciones por parte de la industria petrolera, inmediatamente hay reacciones.
Por ejemplo, durante 1998 y 2003 ocurrió una oleada de desapariciones forzadas en el departamento de Casanare, donde se usó el aparato paramilitar de manera descarada para realizar este tipo de acciones. Algunas investigaciones de la Fiscalía General de la Nación han dado cuenta que estas acciones están ligadas a intereses de gobernantes, es decir, no es una situación a espaldas de los gobernantes de turno para esas épocas, sino que ha sido una estrategia de exterminio del movimiento social. También actúan bajo la excusa de luchar contra los insurgentes e instalan bases militares en las zonas mencionadas.
Lo más grave aún es que cada vez que las comunidades reclaman sus derechos con movilizaciones en las vías que conducen a la planta petrolera, inmediatamente reaccionan para atacarlos. Posteriormente vienen las amenazas y hechos como la muerte de Daniel Abril.
¿Cuáles son los mayores peligros que ve en estos momentos?
El simple hecho de dar esta entrevista ya se convierte en una amenaza, el simple hecho de visibilizar y de denunciar se convierte en una amenaza.
La principal amenaza es la negligencia por parte del Estado colombiano y la factibilidad en términos de la legislación a las empresas multinacionales. El Estado colombiano se contradice cada vez que afirma que estamos cerca de alcanzar la paz, pero todos los días militariza más la vida civil. Todos los días ataca y combate a las personas que se organizan y defienden públicamente sus derechos.
Ellos buscan generar miedo y zozobra e intentan desmovilizar a los movimientos sociales en la región.
¿Cómo ve el tema de la paz en Colombia?
Como movimiento social consideramos que la paz no consiste solamente en el discurso que está vendiendo el Estado colombiano sobre desmovilizar o de acabar con la insurgencia.
La paz tiene que ver con garantías reales con referencia al tema de organización de la asociación, así como las garantías reales, porque el problema del conflicto armado en Colombia no se generó porque algunos desocupados quisieron armarse, sino que tiene origen social y político y eso no se resuelve solamente con la dejación de las armas.
La paz se hace construyendo y creando política social verdadera. En Colombia no puede existir paz si los pobres no tenemos derecho a terminar el bachillerato o ir a la universidad. Si los pobres, que somos las grandes mayorías, no podemos ir a un centro hospitalario porque si no tenemos dinero nos morimos. En Colombia no puede existir paz si nos siguen matando como mataron cobardemente a Daniel Abril.
Ayer mientras discutíamos con la viceministra del Interior y con delegados del ministerio de Defensa y cuando personalmente denunciaba la grave situación que atravesaba el departamento de Casanare, justo en ese momento asesinaron a nuestro compañero Daniel Abril. Esto es bastante indignante y doloroso, pero no nos vamos a quedar callados. Daniel Abril somos cada uno de nosotros. No están matando a un hombre, sino que revitalizan la vida que él mismo nos enseñó a defender.
Otro campesino asesinado
El campesino Miller Bermeo Acosta de 20 años murió el pasado jueves tras recibir impactos de bala por parte del Ejército colombiano, en un hecho registrado en El Mango, zona rural de Argelia (Cauca).
“La comunidad respondió a las actuaciones del Ejército e inició una protesta pacífica en horas de la mañana. La situación se fue agudizando poco a poco y entraron en choque”, destacó el activista de Derechos Humanos, Deiwin Hurtado, en una entrevista para teleSUR.
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