Los reos de las prisiones mexicanas pagan por acceder prácticamente a cada bien básico, desde agua hasta llamadas telefónicas o seguridad personal.
La tarifa mensual que pagan los reos puede alcanzar de promedio unos 5.000 pesos (unos 300 dólares) e incluye una amplia gama de opciones posibles, como el derecho a evitar palizas, recibir visitas de familiares o dormir acostado, entre otras.
Los precios varían de un centro penitenciario a otro, dependiendo de los servicios, según distintas organizaciones civiles y estudios citados por la BBC.
Para evitar agresiones se puede contratar a un guardaespaldas por entre 2.500 y 5.000 pesos al mes (entre 150 y 300 dólares), una cuota semejante a la cobrada por la no transferencia a celdas consideradas peligrosas o repletas.
Dichas prácticas son una plaga en las cárceles, principalmente en las estatales.
Estas cuotas informales existen en, prácticamente, todas las 277 prisiones, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Tan solo cuatro cárceles de Ciudad de México cobran un total de 336.000 pesos (20.000 dólares) diarios a sus internos, según la organización civil Documenta.
Los pagos se cobran durante todo el tiempo que los reos permanecen entre rejas, un gasto que costean sus familias. La población encarcelada de México supera las 250.000 personas.
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