Cuando el agua es más segura que la tierra, la elección es fácil: el agua. Cientos de miles de refugiados de guerra consiguen subir a bordo de embarcaciones cada día. Con viento y mar agitados. Barcos a punto de desmoronarse, contrabandistas que abandonan las embarcaciones dentro de las aguas territoriales turcas.
Quien capitanea entonces puede ser cualquier persona capaz de conducir una motocicleta. El resultado del viaje se prevé: o bien el barco se cae a pedazos o por estar sobrecargado al acercarse a las costas de Grecia, hombres, mujeres y niños terminan en el agua. Los voluntarios y los lugareños saltan al mar frío y se apresuran a ayudar.
ADVERTENCIA! Algunos de las imágenes pueden ser muy duras para personas sensibles.
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