EL DESCONTENTO Por: Alberto Mendoza

La mayoría de los descontentos que nos conseguimos en la calle son personas que votaron  por el Comandante Chávez  el 6 de diciembre de 1998 cuando el Comandante  ganó por primavera vez la Presidencia, con la intención

de que el Comandante le resolviera los problemas y expresan su voluntad de votar por la oposición porque consideran que no están resueltos. Eso es parecido a comprar un número de la lotería y al no salir culparla porque el número no salió.
Las sociedades aparecen, se desarrollan y en ese proceso dinámico, complejo presentan crisis, enfrentan la adversidad y siguen creciendo hasta que desaparecen y son sustituidas por otras. Una vieja amiga, refiriéndose a sus nietos decía: “crecer duele” y esto se puede aplicar a las sociedades. Los países desarrollados que conocemos, nunca pasaron por una crisis? Por supuesto que sí, supieron enfrentar los problemas, los superaron con el esfuerzo de todos. Eso es lo que hace un pueblo valiente, que no se amilana ante la adversidad, que toma conciencia, que se organiza y que se moviliza en función de sus objetivos como pueblo no como individuo.
Todos los venezolanos coincidimos con el diagnóstico de la realidad donde nos diferenciamos es en la determinación de las causas y de las posibles soluciones. Para unos la inflación y el desabastecimiento es producto de una guerra económica declarada por el imperio para apoderarse de nuestras riquezas, para otros es producto de las políticas erradas de este gobierno. Para los primeros, hay que seguir resistiendo e ir resolviendo nuestros problemas sin hipotecar la soberanía para la cual debemos hacer alianzas que nos permitan avanzar y para los otros debemos cambiar al Presidente, negociar con el Fondo Monetario Internacional y complacer al imperio en todo lo que necesiten de nosotros.
Sumisión o soberanía, son los dos polos de estas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, por eso nuestro voto debe ser consciente.  Venezuela necesita hoy un “pueblo valiente”, que haga un esfuerzo por entender lo que está ocurriendo y que tenga la capacidad para resistir,  que comprenda que si queremos una Venezuela distinta tenemos que construirla nosotros mismos, que el desarrollo no se consigue jugando a la lotería sino a través del trabajo y de la constancia. La revolución es una sustitución de un sistema de valores por eso no es fácil.
El Comandante Chávez y el Presidente Maduro se consideran Bolivarianos pero no podemos catalogar a nuestro Libertador Simón Bolívar como Chavista o Madurista por eso los invito a que lean en estos días, antes de 6D, la Carta de Jamaica, (se consigue por Internet y no es muy larga), verán un gran ejemplo de como comportarse ante la adversidad.

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