Desde el pasado 5 de noviembre, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) a través de la Fundación Editorial El perro y la rana pone a disposición de todos en el portal web www.elperroylarana.gob.ve, la Biblioteca Antiimperialista Óscar López Rivera en formato digital con cuatro importantes títulos de escritores latinoamericanos.
Derivas del mundo en el que caben todos los mundos de Ana Esther Ceceña, Bolívar, precursor del pensamiento antiimperialista de Francisco Pividal, Nicaragua y el imperialismo norteamericano de Máximo Soto Hall, Simón Bolívar. Escritos anticolonialistas de Gustavo Pereira.
A estos se une, a partir de este viernes 21, el libro Imperio & Imperialismo de Atilio Borón, ensayo crítico y polémico que expone las contradicciones que tienen los intelectuales Michael Hardt y Antonio Negri en su libro Imperio, en el que presentan una postura crítica en relación con el capitalismo y a la mundialización neoliberal.
En Imperio & Imperialismo, Borón nos presenta un texto nacido de la necesidad de contar con un renovado instrumental teórico para comprender al imperialismo y luchar contra él con la urgencia que requieren las coyunturas políticas actuales. El autor, quien es sociólogo y doctor en ciencias Políticas por la Universidad de Harvard, nació en las sureñas tierras de Argentina hace 72 años y se ha destacado como ensayista y profesor. Su vasta obra escrita tiene como fin fortalecer el socialismo en América Latina presentando obras basadas en la filosofía marxista, y que le permitido recibir diversos reconocimientos como el Premio Casa de las Américas (2004) y el Premio Libertador al Pensamiento Crítico, otorgado por Venezuela en su 8va. Edición (2013).
El autor resalta en su libro la necesidad de querer creer que los errores identificados en Imperio, obra de Hardt y Negri, “podrán ser subsanados en un nuevo trabajo emprendido por estos autores. En el caso de Negri estamos inclinados a pensar que los problemas detectados en este libro pueden deberse a las distorsiones que produce un prolongado exilio, aunque sea en París; a la imposibilidad de viajar por el mundo para comprobar, con sus propios ojos, las siniestras realidades del imperialismo; y, por último, a la enrarecida atmósfera intelectual parisina.”
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