Las constantes agresiones a miembros de la Policía Nacional durante las manifestaciones protagonizadas por la oposición ecuatoriana en 2014 no fueron tomadas en cuenta en el informe que publicó recientemente Human Rights Watch (HRW) titulado: “Represión contra manifestantes. Uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias y allanamientos ilegales de viviendas”
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El informe de HRW asegura que son los policías, con el auspicio del Estado, los que generan violencia con el uso excesivo de la fuerza. Pero casos como el del Cabo Segundo Vicente Tamayo, quien fue brutalmente agredido durante una manifestación en las inmediaciones del Colegio Mejía desdicen el informe de la ONG.
Tamayo sufrió lesiones que lo postraron durante seis meses sin poder caminar. Tras extenuantes sesiones de rehabilitación y cirugías hoy el policía ha vuelto a trabajar.
Las reales víctimas de las agresiones extremas de la oposición violenta no son tomadas en cuenta por estas organizaciones, que dicen defender los derechos humanos y por eso ya nadie les cree.
“A lo que se presta HRW, que se ha convertido en otro partido político de oposición, ha perdido credibilidad”, señaló el Presidente Rafael Correa.
En oposición a este tipo de informes, la comunidad internacional reconoce los avances que ha hecho Ecuador en Derechos Humanos (DD.HH.) y por tal motivo recibió el respaldo de decenas de países para formar parte del Consejo de DD.HH. de las Naciones Unidas.
No obstante, ya hay quienes buscan desmerecer este hecho como lo hizo el abogado Juan Pablo Albán, en una publicación de diario El Comercio donde asegura que “la membresía en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es una concesión”. Y por ello se ganó un espacio en el segmento “La cantinflada de la semana” del Enlace Ciudadano 450.
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