Sin ningún mérito propio del cual sentirse orgullosos, sin ningún criterio político más o menos autónomo que exportar a la calle y sin ideas mínimas para diseñar una campaña electoral de alto impacto incluso en su propia base electoral, la MUD (que ya se dio por vencida desde hace décadas) decide tirarse sin mayores complejos a los brazos de John Kelly.
Ahora que están bien acurrucados en los aposentos del Comando Sur de Estados Unidos, su única función consiste en replicar con evidente exactitud las líneas gruesas que vocifera su jefe de campaña.
A principio de año, cuando Misión Verdad elaboró los probables escenarios posteriores a la orden ejecutiva en la que Washington declaró a Venezuela como una amenaza, decíamos: "La mejor definición de la línea yanqui la establece (hasta ahora) la rueda de prensa que dio el jefe del Comando Sur, el general John Kelly el 12 de marzo: 1) será la crisis y no los gringos lo que tumbará al chavismo en el poder, 2) el fin de Petrocaribe generaría una crisis humanitaria porque provocaría una nueva ola migratoria en la región, 3) la molestia que representa la presencia de Rusia (los BRICS) en América Latina, y 4) (algo que no cubrieron los medios en español de la misma rueda de prensa pero que fue ampliamente difundido en inglés) aunque usted no lo crea, según Kelly, el Estado Islámico desde países caribeños como Trinidad, Surinam, Jamaica y Venezuela están alistando potenciales militantes que se irán rumbo a Siria".
Caso uno: Capriles alerta sobre crisis humanitaria
Esta línea, sin lugar a dudas, se ha ido solidificando y ganando cuerpo, en los ya citados informes del Comando Sur y think-tanks de uso guerrerista, al punto de que en una entrevista en CNN, John Kelly toca el tema Venezuela como uno de esos tópicos ya prefijados de antemano, y afirma lo siguiente: "Lo que me mantiene despierto en la noche con respecto a Venezuela es que si hay alguna crisis humanitaria importante, es decir, un colapso de la economía al punto de que necesiten desesperadamente alimentos, agua y medicinas, entonces podríamos reaccionar ante eso. Y lo haríamos sólo si se nos pidiera desde organismos como la ONU y la OEA".
No sólo hay que notar la palabra "necesiten" sino también entenderla en el contexto en el que la plantea la MUD, en un documento del 23 de julio, que activará los "mecanismos constitucionales para lograr un cambio político en el primer semestre de 2016". Y para eso vaya que necesitan, y vaya que pretenden un colapso y una guerra violenta estilo Libia y Siria, por lo que necesitan de una precisa e interesada ambientación del clima pre y post electoral para, en el marco de una crisis humanitaria, limpiar al país de chavistas, como, por ejemplo, hicieron en Haití con el presidente Jean Bertrand Aristide y sus seguidores.
Así que el eje transitivo hacia este estadio es la "crisis humanitaria" por el frente alimentario, sanitario, político y de seguridad, entre otros. Según Kelly, en este momentum político lo grave es el agua, los alimentos y las medicinas, por lo que si hurgamos un poco observamos como el mecanismo de vocería interna, antipolítica, emana hacia el exterior con el titular "Capriles alerta sobre la inminente crisis humanitaria y critica la respuesta del Gobierno" de la agencia española EFE, en un cable fechado el 27 de septiembre.
Justamente en este cable, a fines externos de propaganda, lo que se "demanda al gobierno son acciones urgentes para evitar la inminente crisis humanitaria que se nos viene encima", e incluso Capriles llega a afirmar: "No hay comida, no hay medicamentos, no hay reactivos para los exámenes de laboratorio, los ambulatorios (centros médicos) en las zonas populares están cerrados y los hospitales se declaran en cierre técnico".
Caso dos: Chúo y Maricori al ataque
Más acá, el descaro alcanza velocidad crucero cuando el presidente alerta sobre un ataque predeterminado hacia el sistema eléctrico, dirigido por el Comando Sur, y se dan unas casuales fallas en el abastecimiento de agua, dos problemas que motivan el siguiente tuit del director de orquesta de la MUD, alias Chúo Torrealba, con escasa inocencia: "Oídos sordos al pantallero. Nuestro tema es la falta de agua y de energía eléctrica por la q lucha el pueblo en Guarenas, Carúpano, Zulia".
Y nuevamente, no sólo es el ensayo de "ciudadanizar" estos focos, como hicieron con los linchamientos y medio asomaron con una guarimba en Guarenas, sino la cobertura armada y repetida hasta el hartazgo hacia afuera y hacia dentro, donde Torrealba repite la línea Kelly el 11 de septiembre: "Aquí el problema de fondo es que Venezuela está experimentado una crisis humanitaria muy profunda y esa crisis humanitaria tiene que tener una solución política, pacífica, electoral, constitucional; y lo que está haciendo el gobierno aleja esa perspectiva".
Y para el exterior, claro que está la vocera estrella María Corina Machado, quien ambientada en el caso Flores es citada por el mayameroargentino Infobae con: "Se ha desnudado la naturaleza de un régimen autoritario, que acelera cada día la crisis humanitaria en el país, violando derechos humanos y profundizando el control social. Queda claro que el combate al flagelo del narcotráfico internacional pasa por el combate contra el régimen de Maduro y sus bandas criminales".
Caso tres: las ONGs arman el expediente
Una de las más activas es Provea, tutelada por Freedom House, quien el pasado 2 de junio se presentó en la evaluación periódica que la ONU hace al Estado venezolano sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DECS). En esta oportunidad, el eje de Provea fue "alertar" sobre el crecimiento de la pobreza, el estado del sistema sanitario de Venezuela y una gestión de gobierno "en la cual se han acentuado tendencias antidemocráticas y autoritarias", entre otros mitos similares a los ya descriptos por el Comando Sur que se unen por completo cuando la ONG comparte en su portal la visión del informe de la ONG Crisis Group sobre el peligro de una "crisis humanitaria".
Y no ha sido sola esta ONG la destinada a agitar el fantasma, sino que en la misma reunión el Observatorio Venezolano de la Salud, otra mampara de la Usaid, califica a la situación alimentaria y nutricional del país "como sumamente crítica debido al control de cambio y de precios". Y es precisamente en el sector sanitario donde desde 2013 se exige al gobierno que declare la "emergencia sanitaria" y también se lanzan comunicados con las palabras crisis humanitaria un 7 de enero, en pleno auge de la campaña previa a la Operación Jérico y la declaración de Venezuela como una amenaza.
Sólo con estos dos ejemplos observamos cómo el discurso por arriba es trabajado meticulosamente en instancias internacionales, con fines de criminalizar, y como se ambienta el discurso de los políticos criollos. Después de todo para algo tenían que servir los 15 millones de dólares otorgados por Estados Unidos a 300 organizaciones de la "sociedad civil venezolana" y el entrenamiento de Freedom House a 15 de ellas para "sistematizar el deterioro de los derechos humanos", según un cable diplomático de la embajada estadounidense en Caracas a la Usaid.
Y si seguimos la secuencia, descrita por Provea, Crisis Group y el Comando Sur, el punto disruptivo en el que se están "perdiendo los avances del gobierno de Chávez" y se genera una crisis humanitaria es el ahora inmediato por lo que no extraña que tantos voceros opositores hagan campaña con este estandarte como bandera.
No sólo es que el Comando Sur es su sede de campaña, sino que John Kelly es su versión chabacana de Simón Bolívar. De seguro tienen fotografías ampliadas de él en la paredes del despacho de alias Chúo Torrealba. No rendirle la respectiva reverencia es traición a su patria, la verdadera e inconfundible: Estados Unidos.
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