miércoles, 25 de noviembre de 2015

MOVIMIENTO SOCIAL DEL PSUV POR LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO

Las razones de la “coyuntura”
El grupo de camaradas que mantenemos una Coordinación mínima de las y los integrantes del “Movimiento Social” efectuamos una reunión de trabajo el pasado 15 de octubre, de cara a la creciente agresividad del imperio y sus aliados en el país, a la inusitada virulencia de la “Guerra Económica”, mediática, de desprestigio y calumnias reiteradas contra la Revolución Bolivariana, no solo desde Venezuela, sino también de múltiples confines del globo terráqueo. Así, constatamos en nuestros análisis el impacto que las tácticas del “golpe suave” contra el gobierno revolucionario y el pueblo, vienen causando en la conciencia en formación de amplios sectores de la alianza popular anticapitalista. 

Y es groseramente evidente que la carencia fundamental de las filas chavistas consiste –por un lado-- en la debilidad en la formación del pueblo en materia de economía política, que le hubiera permitido tener mayor contundencia a la hora de comprender la naturaleza, intereses, clase y sectores de clase, que son artífices de la guerra para revertir la Revolución. Y por otro, que existen instancias del gobierno –desgraciadamente no pocas--, que mantienen una errónea actitud de negación sobre la participación real del pueblo organizado o en vías de lograrlo, en las cuestiones candentes de la marcha de la nación y del Estado liberal burgués que aún nos gobierna. El escritor y patriota Luís Britto García llamaba a esta gente “los mata-votos”, y lo son.
Además, que la “despolitización” de los sectores citados, parece haber una cierta penetración del trabajo de los aparatos ideológicos de la oligarquía y el imperio, quienes hoy por hoy “añoran” al comandante Chávez y descalifican al presidente Maduro, a quien llaman con los más vivos y groseros epítetos, mediante oficiantes que hacen su “actuación” en los vagones del Metro, en autobuses, en supermercados, bodegas y todo sitio de concurrencia pública. Aprovechan cualquiera oportunidad para insultar y confundir al pueblo.
Anotemos que este “trabajo” subversivo se dirige a golpear el cerebro reptil de cada persona (como explica la psiquiatría), para que reaccione a las agresiones desde la fuerza y la pasión, pero no desde la razón. Así, se induce a la acusación fácil sobre la supuesta “causa” de las dificultades que sufre el pueblo, dirigiéndola al principal dirigente de la Revolución —el presidente Maduro--, como han “sembrado” los agitadores de la reacción capitalista, pero no a los verdaderos autores o causantes de la especulación y el acaparamiento, que vienen siendo dirigidas desde la embajada de los EUA, Venancham, Fedecámaras y Consecomercio. Es, como en el viejo cuento popular, el ladrón que –mientras tiene el botín recién hurtado en sus manos—, corre veloz, gritando ¡Atrapen al ladrón!, y señala a una persona inocente.
Percibimos una “cierta” desmotivación y pereza patriótica en algunos y algunas activistas del propio Movimiento Social. Seguramente, “golpeados” en su credibilidad, han decidido que “¡eran chavistas, pero no son para nada maduristas! Lo cual demuestra que, realmente, no fueron jamás chavistas. O, por lo menos, que la pasión hermosa que sembró nuestro Comandante y líder fundador, nunca fue cultivada como razón revolucionaria por ellos y ellas. Se quedaron en la “militancia” de la consigna y el estribillo, pero la elaboración realmente política, nunca fue cultivada, y jamás se comprendió en qué consiste el proyecto liberador que el mismo Chávez elaboró desde la fuente Bolivariana, y que venimos luchando desde 1830.
De la transición a la revolución
De igual manera, algunas y algunos camaradas se dirigen a nosotros y nosotras para que los orientemos sobre cómo actuar en determinada situación concreta de su realidad política, económica y social. ¡Pero esta coordinación jamás fue un aparato! Lo que hemos tenido claro es que el pueblo venezolano vive una muy tensa situación de transición desde el capitalismo rentista que nos sembró el imperio y la oligarquía, que hemos avanzado con certeza por el camino de una democracia social con ribetes pequeño-burgueses, que tenemos graves debilidades en la organización y participación del pueblo (como dijimos). Y, sobre todo, siempre hemos insistido en que ya disponemos de un aparato partidista que se dio el pueblo de la mano del propio comandante Chávez, el PSUV. Que ese es el partido de la transición y que en él militaremos mientras las condiciones lo aconsejen, o mientras el propio pueblo no exija que construyamos el verdadero partido de la revolución.
Pero en lo que sí hemos luchado es en realizar una prédica sistemática, un apostolado sin tregua, una construcción de conciencia junto al pueblo y con el pueblo, de tal manera que sea posible avanzar hacia el socialismo Bolivariano que nos orientaron tanto Chávez, el propio Libertador y los grandes pensadores del socialismo. Por eso nuestra participación no persigue controlar aparato alguno, pero sí formar y organizar las comunidades, la clase obrera y trabajadora, el campesinado. Somos una idea, una luz, una manera de leer nuestra realidad y de transmitir al pueblo y junto a él la manera de transformar la Patria de Bolívar y Chávez hacia el Socialismo.
No albergamos duda sobre que la Revolución vencerá en las elecciones parlamentarias que, por su naturaleza son sectoriales y tienen un alto componente de “cobro de cuentas políticas y sociales” a la personalidad que se ofrece al voto popular. Y en este campo, el llamado “chavismo” goza de una ventaja importante: tiene coherencia como colectivo político y fortaleza como proyecto económico y social. No es el caso de esa sopa de apetitos, de letras y personalidades que es el campo de la derecha.
Pero también creemos que habrá abstención en las filas revolucionarias. Y ello será porque la confusión de signo ideológico –como intentamos demostrar--, campea por doquier. Y nuestro gobierno realizó un titánico esfuerzo para responder a la guerra económica en lo mediático, en la distribución de alimentos y de bienes, con una modificación cortísima (sin filo de economía política real y con cierta reverencia tímida para golpear la naturaleza de avaricia y lujuria contra los sectores agresores del pueblo), pero –lo más importante--, negando sistemáticamente la participación combativa del pueblo en la batalla, como no fuera para plenar sistemáticamente las calles, avenidas y plazas cuando fue convocado por su liderazgo. En una palabra, venimos perdiendo dos grandes batallas: la de los precios de los víveres y bienes de la vida cotidiana, en abastos, bodegas, vendedores informales y sin contar con la vulgaridad que significa el bachaqueo; y la gran batalla de la opinión pública, porque la derecha logró –en lo fundamental—posicionar su grosera calumnia, ¡la culpa la tiene Maduro, por obrero e incapaz!
En consecuencia, la difícil tarea de los revolucionarios y revolucionarias, dentro de ellos y ellas el Movimiento Social, debería tener por lo menos los siguientes contenidos y objetivos:
1) La hora revolucionaria nos llama a cerrar filas por la defensa de la Patria, en la comprensión dialéctica de lo que significa que somos un pueblo al cual el Proyecto que significa la Constitución de 1999 entregó la soberanía, lo que fue ratificado dentro del ejercicio de la participación y el protagonismo, así como la organización para concretar la dirección de la clase obrera y trabajadora sobre lo que la LOTTT desde la propia Constitución Bolivariana llamó el Proceso Social de Trabajo.
2) Por esa razón estimamos que no se trata de crear nuevas estructuras, sino de aportar en la construcción de la conciencia revolucionaria y anticapitalista, de trabajar por nuestro proyecto de Socialismo, fundado en los Consejos Comunales y Comunas –de un lado--, y en un sindicalismo revolucionario (no pesetero ni de aparato) y en los consejos de obreros y trabajadores. En la democracia del Poder Popular.
3) Trabajar en el mecanismo partidario y del Polo Patriótico que creó el propio Chávez, consistente en el 1 X 10 X 10 con sentido verdadero de participación del pueblo y hacia la organización combativa de las mayorías revolucionarias nacionales.
4) Hacer política revolucionaria en la Venezuela de hoy no significa convencer a los convencidos y convencidas, sino en primer lugar, rescatar a los equivocados y confusos del campo revolucionario. Y, de manera bien importante, dar el debate por la derrota ideológica de las posiciones a favor de la derecha que ha sembrado la oligarquía y el imperio en grandes sectores del pueblo, de hacer política para llevarlos a comprender qué es la Revolución, en qué consiste la inclusión revolucionaria y cuál es para el Proyecto Socialista el contenido de la categoría de “sujeto social”.
5) Somos militantes de un serio proceso de formación para las Comunidades y Organizaciones Obreras y de Trabajadores que debe pasar por los siguientes contenidos, por lo menos: a) El conocimiento y comprensión desde la filosofía crítica de nuestro proceso histórico en tanto pueblos colonizados primero y neo-colonizados después, pero que hemos asumido nuestra propia construcción histórica hacia una sociedad socialista; b) De estas características indicadas, se deduce que nuestras condiciones son transitorias, son históricas, no son eternas ni son “naturales”, sino que nos fueron impuestas; c) En la comprensión de nuestra tarea como pueblo organizado, altamente consciente y con herramientas que nos han legado nuestros héroes y grandes pensadores nuestros y de la humanidad. En todo el proceso debe estar presente, transversal y contundentemente la tarea de desmontaje, de deconstrucción del sistema capitalista de valores, costumbres y esquemas mentales, para instaurar los valores colectivos, sociales, de equidad y patriotismo.
Caracas, Noviembre 22 de 2015
MOVIMIENTO SOCIAL DEL PSUV POR LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO
Equipo de Coordinación

José Edgar Olmos A Lídice Navas Ramón Parra

Mary Labadí Elia García 

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