El pueblo cubano lo ha sufrido y condena. La comunidad internacional lo rechaza casi absolutamente. El Presidente Barack Obama lo ha calificado como una política fallida. Pero para Cyrus Vance Jr., el fiscal del distrito de Manhattan, el bloqueo contra Cuba se ha convertido en jugosa fuente para financiar el sistema judicial neoyorkino y varias instituciones afiliadas.
Según el diario The New York Times, mientras la mayoría de las agencias estatales y de la ciudad enfrentan restricciones presupuestarias, el distrito judicial de Mr. Vance navega en un mar de felicidad: ha recibido 808 millones de dólares derivados de los procesos emprendidos contra tres grandes bancos internacionales, acusados de violar las sanciones estadounidenses: BNP Paribas, HSBC y Standar Chartered. Es diez veces el presupuesto corriente que tiene aprobada su oficina para el año.
Como Nueva York es la capital financiera del país, los bancos acusados por violar las sanciones y leyes norteamericanas son encausados allí y las multas o las sumas que pagan por arreglos judiciales, van a parar a las arcas de los gobiernos de la ciudad y el estado y a las oficinas del Fiscal.
Más de la mitad de los 808 millones que ha recibido Mr. Vance (unos 449 millones de dólares) provienen de la multa récord impuesta al banco francés BNP Paribas en junio de 2014, que ascendía a 8 mil 900 millones de dólares.
Los otros 355 millones con que cuenta el Fiscal de Manhattan provienen de los arreglos judiciales logrados con el HSBC y el Standar Chartered, para evitar ser declarados culpables en un proceso penal.
Con tal enorme suma de dinero disponible, Cyrus Vance Jr. parece un gran benefactor repartiendo obsequios entre el estamento judicial y policial y posicionando su figura a nivel nacional.
En los últimos meses el hijo del otrora Secretario de Estado en el gobierno de Carter (Cyrus Vance), ha entregado grandes montos financieros para equipamiento y facilidades con el propósito declarado de enfrentar la criminalidad en la Ciudad de Nueva York. En manos del Departamento de Policía puso 90 millones de dólares para comprar teléfonos inteligentes y tabletas para sus oficiales. A proyectos citadinos de construcción de viviendas le aportó 101 millones para mejorar la iluminación, las cerraduras y las cámaras de seguridad. También benefició la compra de 38 millones de dólares en kits para certificar casos de violación sexual.
Mr. Vance además se ha proyectado más allá de las fronteras neoyorkinas al financiar un nuevo instituto en el John Jay Collage of Criminal Justice para capacitar a 2 700 fiscales del país, y crear una organización llamada Global Cybes Alliena con 25 millones de dólares de fondo inicial y oficinas en Nueva York y Londres, para recopilar y diseminar información sobre ataque cibernético en los grandes centros financieros.
“Cy ha sido siempre un gran pez, pero ahora es un pez aún mayor”, le dijo al New York Times un integrante de un grupo no lucrativo sobre justicia criminal, que está compitiendo por recibir algunos de los fondos que reparte el Fiscal demócrata, quien, por cierto, ha decidido también gastar unos 100 millones de los dólares que le proporcionó el bloqueo en las operaciones de su propia oficina: incluyendo la renovación de las facilidades de sus asistentes.
Tal jugosa fuente de ganancia para algunos sectores, puede explicar en parte como, pese a la oposición declarada de la Casa Blanca al bloqueo, siguen apareciendo casos judiciales contra instituciones bancarias por violar el bloqueo, como el recientemente abierto contra el banco alemán Deutsche Bank y el francés Crédit Agricole.
La ciudad y el estado de Nueva York también sacan tajadas del bloqueo. Sólo la sanción de BNP Paribas le proporcionó a la Oficina del Alcalde neoyorkino unos 447 millones de dólares adicionales este año para proyectos del área de la justicia. Mientras el presupuesto del Estado de Nueva York recibió 3 mil 600 millones de dólares que el Gobernador y la legislatura estatal decidieron invertir en proyectos de infraestructura.
Ganadores indirectos sigue teniendo el bloqueo; por más que nos duela a millones de cubanos y le parezca absurda a cientos de gobiernos y cientos de millones de personas en el mundo.
No tengo nada en contra de que el sistema judicial neoyorkino esté mejor equipado y financiado; pero no a costa de la persecución implacable de las finanzas cubanas y de las carencias de los mios.
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