El Departamento de Agricultura de EE.UU. queda envuelto en una polémica por el apoyo que dieron algunos organismos a los millonarios cambios en el mercado lácteo promovidos por McDonald’s. Además de participar de la política comercial, la actividad de las autoridades estadounidenses contraría las políticas oficiales de salud pública.
Desde que la empresa de comida rápida incluyó manteca en vez de margarina en algunos de sus productos, sus ventas se dispararon. Por eso, se vio obligada a proyectar un aumento millonario de la compra de artículos lácteos, con lo que también generó un crecimiento de esta industria, luego de dos décadas de caída.
Sin embargo, esta nueva política no podría haberse aplicado sin la aceptación de la Dairy Management Inc. (DMI), entidad que controla la producción láctea en el país. No obstante, la actividad última del sector se encuentra supervisada por el Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés).
La DMI tiene un papel central en las alianzas con las empresas de comida rápida, publicó el portal Quartz, ya que su propio CEO, Tom Gallagher, afirmó que "el cambio" en McDonald’s no podría haberse producido sin el desarrollo del denominado 'checkoff', es decir, el sistema por el que los productores pagan una tarifa a la entidad para la publicidad de sus artículos.
Esta colaboración de la DMI al crecimiento de la industria láctea puso en jaque algunos postulados del Gobierno, cuya función solo debería limitarse a asegurar el cumplimiento de las leyes, sin participar de la estrategia comercial o de elección de socios. En respuesta, la DMI aseguró ante el portal que ellos no son "una agencia del Gobierno" y que están financiados por fondos privados de los productores lácteos y de los importadores.
Esta explicación no elimina toda responsabilidad gubernamental, ya que la Secretaría de Agricultura está obligada por ley a aprobar "cualquier promoción, investigación o plan educativo nutricional". Mientras la USDA no se refirió de manera específica a este vínculo comercial con McDonal's, el abogado Matthew Penzer -quien acumula una vasta experiencia en leyes sobre 'checkoff'- explicó que la USDA "debe aprobar todos los planes y proyectos de 'checkoff'" por lo que el trabajo de la DMI a favor de la manteca "debería ser presentado y aprobado por la USDA".
De esta forma, la USDA se enfrenta a un conflicto de intereses casi insalvable, ya que se encarga, de manera simultánea, de la regulación y la promoción de los intereses agrícolas, como del desarrollo de políticas alimentarias y de gran cantidad de contratos con el Gobierno.
Aquí aparece, entonces, el último de los problemas: con la promoción de menús poco saludables en comercios de comida rápida, la USDA contradice los objetivos de salud pública del Gobierno.
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