Netanyahu quiere que el mundo piense que es normal la ocupación militar de cualquier país por parte de otro.
Netanyahu quiere que el mundo piense que es normal la persecución de quienes resisten al invasor.
Netanyahu quiere que el mundo piense que es normal la explotación de fábricas, productos y gentes del país ocupado.
Netanyahu quiere que el mundo piense que es normal la venta en el mundo de lo robado al pueblo y al país invadido.
Netanyahu quiere que el mundo piense que es normal que el nuevo nazismo sea visto como víctima.
Por todo esto exculpa a Hitler, quiere que el mundo piense que su acción es normal.
Con la recolonización de Palestina, Netanyahu y los suyos quieren normalizar su acción para que ésta pueda ser aplicada al resto de los pueblos.
Normalizar la ocupación de Palestina, es acabar con los derechos de todos los pueblos a su independencia. Tras esa normalización permanece agazapada la idea de que el nuevo nazismo es aplicable a todos los pueblos a los que quieren y quieran quitar su tierra y sus bienes.
Si las condenas que hace la ONU, el Tribunal Penal Internacional, y hasta el Consejo de Europa, del ente sionista no producen efecto en la mayoría de los gobiernos del mundo para que cambien o abandonen su relación con Israel, ahora un juez español ha plantado la línea divisoria entre la delincuencia y la gente honesta, el juez De la Mata ha mandado a los ficheros de la Guardia Civil y la Policía Nacional los datos identificativos de Netanyahu y sus seis compinches ministros: La banda de los 7 la forman: Netanyahu, Ehud Barak, Avigdor Lieberman, Moshe Ya´alon, Eli Yishai, Benni Begin, y Eliezer Marom. Son los responsables del asesinato de diez pacifistas que pretendían llegar a Gaza en barco para entregar al pueblo sufrido una carga de medicamentos y alimentos. El juez De la Mata ha calificado los crímenes como de Lesa Humanidad, lo que en su día hizo el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Como el PP acabó con la Justicia Universal e impidió que el caso llegase a la Corte Penal Internacional, el juez que ahora se ha hecho cargo por haber españoles afectados ha tomado el testigo y ha mandado detener a tales indivíduos si llegan a España. Si fuesen detenidos el mundo mejoraría. Pero ya se ha presentado el primer obstáculo, el gobierno sionista ha declarado que presiona al gobierno español para que la orden sea anulada, con lo que Israel cumple con uno de sus principios, mantener su inmunidad por todos y cada uno de sus crímenes, o, dicho de otro modo, como dicen ser los elegidos de Dios, situarse por encima de la ley a que nos atenemos los seres humanos. El gobierno español es capaz de hacer eso y mucho más, aquí ya sabemos de sus valores, por eso la corrupción es estructural.
Aunque puede ocurrir otra cosa: ¿vendrán Netanyahu y los suyos a España disfrazados de palestinos, como han hecho sus mercenarios para asaltar un hospital de Cisjordania y así secuestrar a un herido y asesinar a un familiar que le asistía?
Derribados los límites de la ética y los Derechos Humanos el combate entre colonialistas y anti colonialistas es generalizado, lo que quiere decir que a los pueblos no queda más que defenderse de las invasiones y la violencia proyectada por entes como el sionismo, capitaneado, entre otros, por estos 7 fichados por sus crímenes de Lesa Humanidad que presionan para su normalización.
Si algo ha demostrado la Historia es que la unidad de los pueblos tiene sentido cuando luchan por su independencia como principio de la justicia social. Y aquí empieza la aplicación de la ley a éstos 7 capos sionistas, y la aplicación del derecho del pueblo palestino a su propio Estado, y por tanto al fin de la colonización de Palestina.
Ramón Pedregal Casanova es autor de “Gaza 51 días”.
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