Luego de la patética cacería de los tres reclusos liberados de la cárcel de máxima seguridad y de mantener a toda la sociedad en vilo por dos semanas, en las que la cadena mediática, voz “periodística” única por estos dias.
Y luego de que el presidente Mauricio Macri en reposo, pero con su pulgar en perfecto estado como para comunicar a la población via twitter, las felicitaciones al “mejor equipo de los últimos 60 años” por la captura de los tres narcos prófugos nos desayunamos horas después (vía diario Clarín) de que no serían tres los capturados, síno uno solo.
A esto debemos sumarle la perplejidad de la que fuimos víctimas cuando el Periodista de Clarín (Grupo mediático que hace a las veces de Jefe de Gabinete) nos comunica por medio de su periodista Adolfo Orioli destacado en “Sauce Viejo” Que tanto la Ministra Bullrich como María Eugenia Vidal se habían reunido a solas con Lanatta (el recién capturado) sin presencia de abogados ni fiscales.
Hasta ahí ya estamos hablando de un delito mayúsculo por grave interferencia del ejecutivo Nacional y de la Provincia de Buenos Aires en la labor de la Justicia, que es la única autorizada bajo parámetros claramente establecidos por la Constitución Nacional a entrevistar o mantener cualquier tipo de diálogo con el reo re-aprehendido.
Pero el delito inconcebible se perpetra cuando un documento judicial que llega a nuestra redacción demuestra sin posibilidad alguna de error interpretativo, que en realidad habían sido capturados los tres fugitivos y dos de ellos habían sido posteriormente liberados.
Desde “Sin Censura” creemos indispensable que las máximas autoridades del gobierno Nacional y de la Provincia de Buenos Aires brinden una conferencia de prensa, sin limitaciones de repreguntas ni de otra índole.
Ya que estamos hablando de delitos cometidos, de una gravedad institucional intolerables en un estado de derecho, en la que los Gobiernos de Macri y Vidal habrían negociado con los peores componentes de nuestra sociedad. Esos Narcotraficantes que enferman y matan a nuestros hijos.
Esas mismas mafias a las que impunemente proclaman combatir.-
Daniel Arce
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