El príncipe heredero adjunto y ministro de Defensa de Arabia Saudí ha admitido que una guerra con Irán sería catastrófica y Riad no debe permitir que ocurra.
“(Un conflicto armado) no es en absoluto lo que prevemos, y quienquiera que esté empujando en esa dirección debe de estar fuera de sus casillas”, ha dicho Mohamad Bin Salman en una entrevista exclusiva publicada este jueves en la página web de la revista financiera The Economist.
(Un conflicto armado) no es en absoluto lo que prevemos, y quienquiera que esté empujando en esa dirección debe de estar fuera de sus casillas”, ha dicho el príncipe heredero adjunto saudí y ministro de Defensa de Arabia Saudí, Mohamad Bin Salman.
Las tensiones entre Riad y Teherán se agudizaron aun más después de que el canciller saudí, Adel al-Yubeir, anunciara el domingo el cese de toda relación diplomática (y más tarde, comercial) con Irán, pretextando las enérgicas críticas de Teherán a la ejecución del prominente sheij chií Nimr Baqer al-Nimr y el asalto a sus legaciones diplomáticas en el país persa.
En alusión a la ejecución de 47 personas, entre ellas el destacado clérigo, el ministro saudí ha afirmado que todos fueron condenados a muerte por cargos relacionados con “terrorismo” y que, a su juicio, se respetó el derecho de todos ellos a disponer de un abogado.
Paradójicamente, Amnistía Internacional (AI) tachó el sábado de “gravemente irregular” el proceso judicial hecho a los acusados, en particular el de clérigo Al-Nimr, por parte de Arabia Saudí.
Al ser preguntado si Bin Salman es “el arquitecto de la guerra en Yemen”, sostiene que no lo es, y que la decisión de los ataques a los yemeníes fue tomada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Inteligencia y el Consejo de los ministros, y añade que las autoridades saudíes implementan lo que el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud ordene.
Más adelante, el príncipe saudí indica que nadie puede predecir cuándo llegarán a su fin los ataques contra Yemen.
Hoy jueves, el Observatorio de los Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) ha confirmado el uso por Arabia Saudí de bombas de racimo en sus ataques aéreos, y ha subrayado que la repetición de ese uso en ciudades llenas de personas indica un intento de herir a los civiles, lo que es un crimen de guerra.
Según las últimas estadísticas de las Naciones Unidas, esta guerra ya ha dejado más de 32.000 víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles.
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