GRUPO ÍTALO-VENEZOLANO CON EMPRESAS EN MIAMI ES EL PROPIETARIO DE DISTRIBUIDORA QUE DESVIÓ QUESO DEL BICENTENARIO
Un grupo familiar-empresarial, con firmas registradas en EEUU, es el propietario de la distribuidora de víveres al mayor que participó en el desvío de unas 300 toneladas de queso amarillo, importado de Uruguay, y que fue sustraído de la red de abastos Bicentenario.
Una investigación realizada por el blog La Tabla, permitió verificar que se trata de una organización creada y dirigida por el inmigrante italiano Alfredo Stelluto Petrilli, de 73 años, según se evidencia de algunos registros de sus proveedores, que lo mencionan como la persona contacto y responsable de la compañía.
Sin embargo actualmente la empresa está bajo control accionario de su hija Franca Stelluti, de 46 años, y de su yerno Giacomo Catalfo, de 49 años, quien fue mencionado como presidente de la misma por el ministro del Interior.
La pareja a su vez posee una compañía en Miami, Florida, EEUU, cuya denominación es Greacla USA, y que fue registrada en agosto de 2010. Sin embargo, sólo aparece la dirección comercial y no se localizó ningún registro de inmuebles para vivienda.
Posiblemente la firma en EEUU con el mismo nombre forma parte de un mecanismo para apropiarse de divisas preferenciales a través de la sobrefacturación de importaciones. No hay información sobre alguna investigación relacionada con este aspecto, aunque hay múltiples elementos que apuntan en ese sentido.
Asimismo Catalfo aparece como administrador de la firma G & G Freight Services LLL, junto con su hijo mayor Gian Paolo Catalfo Stelluto, la cual fue creada en julio del año pasado. Evidentemente se trata de una compañia dedicada a la prestación de servicios de transporte de carga, sin embargo no hay disponibles registros de operaciones comerciales.
Otro dato relevante es que Greacla, con sede en Barquisimeto, fue sancionada en octubre del 2014 por la Sundee ya que se determinó sobreprecios del 77 por ciento, a pesar de que venía recibiendo las divisas subsidiadas.
Tras ese seguimiento de la Sundde, la familia empresarial optó por crear la en abril de 2014 la empresa Divifruca, para manejar las ventas a supermercados y panaderías. Esta nueva firma fue constituida con al menos tres socios que pueden considerarse como testaferros.
Uno es Cayetano Viviano Intraprendente, un arquitecto de 60 años (casado con una sobrina de Alfredo Stelluto, Graciela Martini Stelluto), con el 30 por ciento, Shirley Campos Curbelo, una trabajadora uruguaya, con el 60 y la joven de 20 años Cristina Sales, hija del contador, con el restante 10, según el documento de registro mercantil.
Cabe precisar que la joven sólo “prestó” su nombre y no tiene ninguna participación real en la firma pues, a través de un poder, cedió todas sus atribuciones al padre.
Hay una compañía de transporte, Fortore, a nombre de Franca Stelluto, y otra de almacenamiento en frío a nombre del jefe del clan. Estas, junto con Greacla, les ha permitido controlar la distribución de quesos maduros y charcutería en la región centro-occidental.
Vale destacar que la familia Stelluto también tiene importantes intereses en el área de la construcción y han sido los promotores del Centro Residencial y Comercial Plaza Leones (Plaza Madrid) y del Centro Empresarial Plaza Madrid, en la avenida Los Leones, en el este de la capital larense.
Alfredo Stelluto también registro la firma Mazara Corporation, en Miami en 2000, junto con su esposa María Vilma Spagnolo.
Mientras que su sobrina Ana María Martini Stelluto, tiene registrada en Panamá un consorcio que unifica a dos empresas constructoras venezolanas (CRG PARIA INGENIEROS & CONSTRUCCIONES NUZZI,S.A.), que tuvo importantes contratos de obras públicas para CVG EDELCA y contratistas de PDVSA.
Hasta el momento los dos aprehendidos, el contador Vicente Sales, gerente general, y el jefe de importaciones, Heibert Vicci, son trabajadores de dirección de la compañía pero ninguno de los accionistas ha sido capturado.
Adiconalmente Greacla recibió más de 13 millones de dólares a tasa preferencial, entre 2004 y 2012 y en el 2014, de Cadivi y Cencoex, pese a lo cual frecía productos con sobreprecio, según determinó la Sundde.
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