LA VÍA FASCISTA EN VENEZUELA.
En lo que llamamos IV República cuando predominaba el “puntofijismo” la burguesía tenía control del único medio de participación del pueblo en los asuntos públicos, las elecciones, por esa vía cada 5 años se legitimaban las autoridades, así funcionaba la democracia representativa.
Con la aparición en el escenario político del Comandante Chávez se empezó a romper y a cambiar el esquema político tradicional, primero usando la vía de la rebelión y luego del “por ahora” por la vía pacífica, democrática y electoral con las mismas reglas de juego que había impuesto la burguesía.
A partir de ese momento las elecciones dejaron de servir como instrumento de dominación, el Cmdte. Chávez logró penetrar en el corazón de los venezolanos y, sumado a este elemento afectivo hizo una propuesta electoral que capitalizó el descontento de todos. Entonces la burguesía derrotada en sucesivas oportunidades empezó a transitar caminos no dialogantes y subversivos para mantenerse en el poder.
De la mano de la clase dominante y ante la pérdida de oportunidades por la vía electoral aparece el fascismo como una opción histórica pero para su concreción requiere ciertas condiciones entre ellas el apoyo popular, en ese empeño se enmarca la guerra económica y mediática declarada contra Venezuela fortaleciendo la matriz de opinión de la inseguridad y promoviendo hechos de violencia, de manera tal de inducir a la población a clamar un gobierno fuerte para restablecer el orden y allí aparecerá la burguesía como opción para restablecer el orden y devolver la estabilidad y gobernabilidad.
En la actualidad se abren contradicciones en el seno de la oposición asumiendo el protagonismo el ala radical, la ultraderecha representada por la Sra. María Corina Machado quien se pelea con el sector de Capriles y Aveledo la dirección del movimiento y, en ese sentido ha difundido un “audio” donde expresa su posición tratando de aglutinar los sectores más radicales de la derecha y diferenciarse de los débiles que intentan negociar con el gobierno.
Debemos evitar convertirnos en difusores de este mensaje de La ultraderecha, en su lugar, debemos denunciar el plan macabro de este sector para evitar su influencia en sectores de la población desprevenida e intentando neutralizar su acción.
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