"En agosto de 1976 se ordenó el secuestro de los dos diplomáticos cubanos en Buenos Aires, para anotarse una estrella más en las acciones criminales contra la humanidad.
No los querían muertos, los querían vivos. Los secuestraron y los llevaron a Orletti, donde los torturaron salvajemente. Vinieron a torturarlos, especialmente, un agente de la CIA que pertenecía a la DINA de Pinochet, Michael Townley, y otro agente de la CIA de origen cubano-americano, Guillermo Novo Sampol", ha comentado a Infojus la periodista y activista de derechos humanos Graciela Ramírez..jpg)
Los cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio Nicomedes Galañena Hernández llegaron a Buenos Aires en 1975 para desempeñar funciones en la embajada de su país. En agosto de 1976 fueron secuestrados en las inmediaciones de la sede diplomática. Tenían 23 y 26 años, respectivamente. Fueron trasladados al centro clandestino de detención Automotores Orletti, donde fueron torturados y asesinados. El secuestro de los cubanos fue realizado en el marco del llamado Plan Cóndor, en el que cooperaron las dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay para perseguir y eliminar a opositores políticos durante las décadas de los 70 y los 80 del siglo pasado. Solo en Argentina el número de desaparecidos durante la última dictadura ronda alrededor de las 30.000 personas.
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