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Extremistas del Estado Islámico ejecutaron el pasado 10 de junio a unos 600 reclusos chiitas de una prisión situada a las afueras de la ciudad iraquí de Mosul, informa Human Rights Watch (HRW).
La organización internacional de protección de los derechos humanos Human Rights Watch ha recibido esta información de 15 prisioneros chiitas que sobrevivieron a la masacre del Estado Islámico, un grupo integrado exclusivamente por musulmanes de la rama suní.
Después de apoderarse de la prisión de Badush, cercana a la ciudad septentrional de Mosul, los radicales del Estado Islámico separaron a los presos chiitas de los sunitas. A continuación, obligaron a los hombres chiitas a arrodillarse junto al borde de un barranco cercano y les dispararon con rifles de asalto y armas automáticas.
"Los macabros detalles de los asesinatos en masa de los reclusos perpetrados por el Estado Islámico hacen que sea imposible negar la depravación de este grupo extremista", declaró Letta Tayler, la principal investigadora de casos de terrorismo y contraterrorismo de HRW. "Todas las personas, independientemente de su etnia y credo, deben condenar estas tácticas horribles y presionar a las autoridades iraquíes e internacionales para llevar a los responsables ante la justicia", concluyó.
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