Comprometida con la lucha de los migrantes, Elvira Arellano se muestra indignada con el programa de deportaciones del presidente Barack Obama y su incumplimiento de promesas con la comunidad latina: Él va a pasar a la historia como el presidente que más familias separó, deportando a miles migrantes.
Conocida aquí como la Rosa Parks de los latinos, Arellano exige al presidente Obama detener las deportaciones. Señala que en sus administraciones ha batido récord, deportando a más de 2 millones de inmigrantes, un total de 400 mil al año, es decir, alrededor de mil 200 diarios.
Obama generó al principio de su primera administración mucha esperanza. Siempre pensamos que iba a hacer algo por los migrantes, pero fue todo lo contrario; ha sido una gran decepción, dice en entrevista con La Jornada.
Arellano camina por las calles de Manhattan y los migrantes la detienen para saludarla con cariño. Empuja la carriola de su hijo Emiliano, de dos años, y la acompaña Saúl, su hijo mayor de 16, ambos ciudadanos estadunidenses.
Su mirada dulce se convierte en combativa a la hora de hablar de la lucha por los migrantes que encabeza desde hace 13 años en Estados Unidos a través de la organización Familia Latina Unida, dirigida por la pastora Emma Lozano.
La situación de las familias sigue en un limbo; las redadas, deportaciones y separación de familias es el pan de cada día. Si deportan a los papás, los hijos toman la decisión de regresar, para estar unidos; es muy triste.
Elvira sigue viviendo en la Iglesia Metodista Unida Adalberto, ubicada en el barrio puertorriqueño de la ciudad de Chicago, el mismo templo que le brindó refugio junto a su hijo Saúl durante un año, mientras desafiaba la orden de deportación de 2002, aunque finalmente abandonó su santuario para participar en una manifestación en Los Ángeles y fue repatriada en 2007.
Volvió siete años a su tierra natal, Maravatío, Michoacán, pero el año pasado nuevamente se arriesgó a pasar la frontera en busca del llamado sueño americano con una visa humanitaria, gracias al Movimiento Migrante Mesoamericano, dirigido por Marta Sánchez Soler.
Fue muy difícil, pero gracias a Dios mi hijo y yo estuvimos juntos. Vivimos con dignidad en nuestro país. Yo quiero mucho a México, pero desafortunadamente la corrupción ha hecho mucho daño; tenemos un presidente como Enrique Peña Nieto que fue elegido por la delincuencia organizada, que fue la que lo puso en Los Pinos, y ahora tenemos una gran violencia en nuestro país. Por eso tuve que solicitar asilo para salvar la vida de mis hijos y la mía también.
Moneda de cambio
El pasado 31 de diciembre, cientos de inmigrantes protestaron frente a la Casa Blanca para exigir al presidente Barack Obama detener las deportaciones del Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) programadas para enero.
Las alarmas se han encendido, advierte Arellano: “La separación de las familias continúa todos los días. Los trabajadores están perdiendo sus trabajos.
“Con el programa de verificación de empleo –agrega– se ha estado checando el número de seguridad social, y muchas empresas que tienen en su lista migrantes que han laborado durante 20 años, solamente les dicen que necesitan traer su documento del seguro social válido, de lo contrario serán despedidos. Y si migración llega para hacer la revisión, se les arresta y se les deporta.
Migración llega a las empresas a hacer las auditorías, detiene y deporta. Simplemente hacen sus operativos para decir que están arrestando criminales, pero son inmigrantes: padres, madres e hijos, ciudadanos americanos que trabajan y solamente están buscando una vida mejor para sus familias.
El DHS ha informado que la mayoría de los deportados tenía antecedentes criminales, pero Arellano aclara que entre seis y siete de cada 10 expulsados no han cometido violaciones a la ley que constituyeran una amenaza para la seguridad nacional.
Comenta que a ella también la deportaron acusándola de criminal: Es muy terrible que nos tachen de criminales. En mi caso, buscaban culparme de terrorista, pero sólo encontraron a una mamá que trabaja para sacar adelante a su hijo. Me criminalizaron, me pusieron cargos federales por usar un número de seguro social falso para trabajar.
El año pasado, Arellano, junto a otras 16 madres, cruzaron a Estados Unidos por la garita de Otay en la frontera de Tijuana, para reunirse con el resto de sus familiares, y como parte de un grupo de solicitantes “dreamers”, que buscan asilo en Estados Unidos.
Cuenta que esta acción civil es una forma de presionar al gobierno federal y al Congreso estadunidense para colocar como prioridad en la agenda nacional la reforma migratoria y la reunificación de la familias.
De esta manera, Elvira logró la estancia humanitaria en este país, argumentado que su expulsión representó en la práctica la deportación de su hijo Saúl, nacido en Chicago.
La activista apoyó a las 16 madres y sus hijos, coordinados por la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes, como parte de la campaña #BringThemHome: La acción ejecutiva que firmó el presidente Barack Obama para que los padres de los ciudadanos estadunidenses pudieran beneficiarse, la Acción Diferida para los Padres de Ciudadanos y de Residentes Permanentes de Estados Unidos (DAPA, por sus siglas en inglés), y la expansión, el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), están paradas en la Corte.
Las promesas de Obama, insiste, han sido una estrategia para ganar votos y utilizar a los migrantes como moneda de cambio. Es lamentable que el asunto migratorio siempre se utilice como una bandera política para atraer votos. Esto es un problema tanto de demócratas como de republicanos. Desde su primera administración, el presidente Obama tenía la oportunidad de haber logrado una reforma migratoria; sin embargo, nunca tuvo una disposición política.
Explica: “Obama sólo benefició con el DAPA a los jóvenes “dreamers”, pero lo hizo por la lucha de las organizaciones civiles que ha habido a través de muchos años en favor de una reforma migratoria. Fue un logro de las organizaciones de migrantes, que también han conseguido que los ciudadanos estadunidenses soliciten que sus cónyuges arreglen su estatus migratorio”.
Voto latino consciente
Ante las próximas elecciones de Estados Unidos, Arellano comenta que la única alternativa que les queda a los millones de indocumentados es hacer valer su voto y no permitir la utilización que hacen tanto demócratas como republicanos.
“Los ciudadanos estadunidenses mayores de 18 años que van a votar no deben de regalar su sufragio, sino negociarlo, para beneficio de sus padres, para que puedan tener un estatus legal.
Es vergonzoso lo que está pasando en Estados Unidos, principalmente por las declaraciones que está haciendo el candidato republicano Donald Trump, porque a los inmigrantes los ha señalado como criminales; sin embargo, él es uno de los principales beneficiados de las manos de migrantes, incluso indocumentados.
Agrega: “Desde la administración del presidente George Bush, los migrantes son utilizados para obtener su voto con la finalidad de llegar a la Casa Blanca, pero luego se olvidan de ellos.
El presidente Barack Obama utilizó a los migrantes para obtener votos, pero desafortunadamente a la hora de tomar decisiones no hizo lo correcto. A los indocumentados sólo nos utilizan para llegar al poder y después se olvidan de nosotros, insiste.
La separación de las familias migrantes ha generado una auténtica crisis humanitaria: “Desde acá vemos que Peña Nieto tiene un gobierno corrupto, donde hay cada día más desaparecidos y ejecutados, y no podemos olvidar el caso Ayotzinapa ni la represión actual contra los maestros por esa reforma educativa que ha afectado mucho la enseñanza de nuestro país.
La educación es la parte fundamental para superar la miseria, lo dijo Pancho Villa, pero Peña Nieto está haciendo lo contrario para dañar nuestro país, señala.
Arellano recorre Estados Unidos ofreciendo conferencias y atendiendo las causas de los inmigrantes: “La culpa de que estemos aquí la tiene el gobierno estadunidense, porque también es culpable de la venta de armas que llegan a las manos de la delincuencia organizada en México; no podemos olvidar la operación Rápido y furioso”.
Advierte: La violencia se está adueñando de la paz y tranquilidad de nuestras familias, por eso estamos tomando la decisión de solicitar asilo al país que está exportando las armas a México. Es irónico, pero es la realidad.
Arellano ríe cuando alguien le menciona que es la Rosa Parks de los latinos. Sus ojos oscuros, llenos de vigor y tenacidad, brillan cuando habla de sus dos hijos y de su futuro: “Siento que estoy haciendo lo correcto por mi familia y por las demás.
Invito las familias a levantarse para luchar, porque esta lucha es de todos. Yo seguiré viviendo en la iglesia, aunque es temporal; espero en Dios que pronto logremos mejorar nuestras vidas”, concluye.
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