Un investigador de WikiLeaks ha revelado cuánto dinero obtuvieron de EE.UU. las fuerzas opositoras bolivianas.
El Comité de Acción de Emergencia y el Comando Sur de EE.UU. contemplaron en 2008 un golpe de Estado en Bolivia o el asesinato del presidente Evo Morales, según un documento de la Embajada de EE.UU. filtrado por WikiLeaks y analizado por el especialista noruego Eirik Vold, publica 'Prensa Latina'.
Según correos electrónicos datados entre 2006 y 2009, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) entregó al menos 4 millones de dólares a movimientos separatistas de la región conocida como la Media Luna, que integra los departamentos orientales del país.
La estrategia de EE.UU. contra el Gobierno boliviano debía ser llevada a cabo por grupos opositores radicales que debían volar gasoductos para obligar al Gobierno a aceptar la separación de esos departamentos.
Washington estaba al corriente de los planes de esta serie de atentados pero no los denunció, aseveró Vold. El periodista noruego ha explicado que existen más de 14.000 documentos de WikiLeaks en los que figura el nombre del presidente Evo Morales, lo que verifica la importancia de este país rico en hidrocarburos y otros recursos naturales para la estrategia norteamericana.
"Esto no es un chantaje, es la simple realidad"
A finales de 2005, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con la promesa de reformar la Constitución, garantizar los derechos de los indígenas y luchar contra la pobreza y el neoliberalismo. El 3 de enero de 2006, dos días después de su juramento, el nuevo presidente recibió al embajador estadounidense, David N. Greenlee, que le explicó la visión que la Casa Blanca tenía del futuro de Bolivia, según la publicación de Alexander Main y Dan Beeton en la revista Jacobin.
La asistencia multilateral a Bolivia, según el embajador, dependía del "buen comportamiento" del Gobierno de Morales. "[El embajador] ha subrayado la importancia crucial de las contribuciones de EE.UU. a las instituciones financieras internacional claves como el Banco de Desarrollo Internacional (BID), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)". "Cuando piense en el BID debería pensar en EE.UU.", dijo el embajador. "Esto no es un chantaje, es la simple realidad", recalcó.
Sin embargo, Morales, según los cables, mantuvo sus promesas electorales en materia de regulación de los mercados laborales, la nacionalización de los hidrocarburos y la cooperación con Hugo Chávez. En respuesta a estas acciones de Morales, Greenlee sugirió un "menú de opciones" para tratar de obligar a Bolivia a doblegarse a la voluntad del Gobierno de EE.UU.
Evo Morales: "Nos hemos liberado del FMI"
Algunas de estas medidas eran: vetar todos los préstamos multilaterales en dólares, posponer el plan de alivio de la deuda multilateral, desalentar la financiación de la Corporación del Desafío del Milenio (que pretende acabar con la pobreza extrema) y cortar el "apoyo material" a las fuerzas de seguridad bolivianas.
Pocas semanas después de asumir el cargo, Morales anunció la revocación del contrato de préstamo con el FMI. Años más tarde, Morales aconsejó a Grecia y otros países europeos endeudados a seguir el ejemplo de Bolivia y "liberarse económicamente del dictado del Fondo Monetario Internacional". El Departamento de Estado norteamericano reaccionó financiando a la oposición boliviana. Las fuerzas políticas opositoras de la región de la Media Luna comenzaron a recibir más ayuda. Según un correo datado en abril de 2007, la Cancillería de EE.UU. consideraba que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) "debe fortalecer a los Gobiernos regionales como contrapeso al Gobierno central".
El informe de 2007 de la USAID menciona unas 101 subvenciones por un total de 4.066.131 dólares "para ayudar a los Gobiernos departamentales a operar más estratégicamente. El dinero de la Casa Blanca también fue destinado a los grupos indígenas locales que estaban "en contra de la visión de Evo Morales de las comunidades indígenas". Un año más tarde, los departamentos de la Media Luna estaban en abierta rebelión contra el Gobierno de Morales y llamaban a un referéndum sobre la autonomía en el trasfondo de las protestas violentas que acabaron con la vida de al menos veinte partidarios del Gobierno.
Este intento de golpe de Estado fracasó bajo la presión del conjunto de presidentes de América del Sur, que emitieron una declaración conjunta de apoyo al Gobierno constitucional de Bolivia. EE.UU. siguió manteniendo comunicación constante con los líderes del movimiento separatista de la oposición. Según Alexander Main y Dan Beeton, contrariamente a su postura oficial durante los acontecimientos de agosto y septiembre de 2008, el Departamento de Estado de EE.UU. tomó en serio la posibilidad de un golpe de Estado en Bolivia o del asesinato del presidente Evo Morales. "[El Comité de Acción de Emergencia] junto [al Comando Sur de EE.UU.] desarrolla un plan de respuesta inmediata en caso de una emergencia repentina, como un intento de golpe de Estado o la muerte del presidente Morales", dice el correo de la Embajada de EE.UU. en La Paz.
'Promoción de la democracia'
Algunos de los métodos de injerencia implementados en Bolivia se aplicaron también posteriormente en otros países con Gobiernos o fuertes movimientos de izquierda. Por ejemplo, después de la vuelta al poder de los sandinistas en Nicaragua en 2007, la Embajada de EE.UU. en Managua lanzó un programa de apoyo intensivo al partido derechista de la oposición, Alianza Liberal Nicaragüense (ALN).
'Amenaza bolivariana'
Durante la Guerra Fría, la supuesta amenaza de la Unión Soviética y la expansión del comunismo cubano sirvieron para justificar un sinnúmero de intervenciones políticas de EE.UU. con el objetivo de eliminar Gobiernos de izquierda e implantar regímenes militares de derechas. Del mismo modo, las filtraciones de WikiLeaks muestran cómo en la década de 2000 el fantasma del "bolivarianismo" venezolano fue utilizado para justificar la injerencia en asuntos de Gobiernos encabezados por líderes antineoliberales. De esa manera, Washington se dedicó a librar una lucha escondida con el Gobierno boliviano, "que había caído abiertamente en brazos de Venezuela" y el Gobierno de Ecuador, que realizaba la función de "portavoz de Chávez".
Sergun el analista internacional, Juan Manuel Karg, la financiacion de EE.UU. a la oposición boliviana responde completamente a su estrategia y sus acciones en América Latina de los últimos 10 años.
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