ALBERTO MENDOZA
Ernesto Samper, colombiano, Secretario General de la UNASUR, declaró hace varias semanas que el asesinato del Diputado Robert Serra había sido cometido por paramilitares colombianos, entre líneas se leía la vinculación con el expresidente Uribe, muchos coreamos tal declaración por oportuna y acertada. Ahora el expresidente Samper declara que Venezuela necesita “un gran pácto social” y propiciar “un conjunto de medidas para ajustar la economía, que se están necesitando, y también un mantenimiento del proyecto social”. ¿Qué tan acertadas son estas declaraciones?
Desde el advenimiento al gobierno del Comandante y líder Hugo Chávez, la burguesía se trazó la meta de seducirlo y colocarlo al servicio de sus intereses, no lo lograron, el Comandante fue montaraz y siguió con su proyecto al servicio de los intereses de los pobres, de los desposeídos.
Luego del segundo fracaso, el primero fue el electoral, la burguesía diseñó una estrategia que conduciera a un nuevo “pacto de punto fijo” una nueva alianza de clases que no eliminara los privilegios acumulados y el sistema mantuviera su vigencia. Para este fin. Lentamente se fue tejiendo una red en el submundo de los negocios y los nuevos capitales, formados bajo la sombra del estado y como consecuencia de la nueva forma de distribución de la renta petrolera se fue uniendo a los viejos capitales generados tambien bajo la sombra del estado y la distribución de la renta de los gobiernos de la IV República.
La estrategia avanzaba aceledaradamente frente a la lenta formación de la conciencia y los valores socialistas. Una sociedad un tanto desprevenida, sometida por inercia al mantenimiento de los valores del capitalismo, donde los intereses individuales y particulares predominaban sobre los intereses colectivos y comunitarios.
Matrices de opinión de corrupción en altas esferas del gobierno que no eran rechazadas con contundencia, eficacia y eficiencia, pero también en los niveles medios y en el propio movimiento popular, creando una sensación de incredulidad de la institucionalidad.
Y en el movimiento popular estaban presentes diatribas personales entre dirigentes que obstaculizaban el desarrollo de una buena gestión y la unidad del movimiento. La personalización de problemas políticos, la incapacidad de resolver sin traumas nuestras contradicciones internas.
Recuerdo al “primo”, un campesino de las montañas de las Trincheras en el estado Carabobo que siempre esperaba que pasaba la guerrilla para incorporarse a la revolución, asi está una buena parte del pueblo venezolano, esperando que la vanguardia, diagnostique la realidad del país y elabore la estrategia acertada para incorporarse a la Revolución.
Debemos decir que gobernar es un acto circunstancial y transformar es un acto de largo aliento que no tiene fecha de vencimiento y que nunca fracasa porque siempre avanza.
El reto es determinar qué es posible en este momento concreto, hay condiciones para radicalizar el proceso hacia el socialismo. Es posible un socialismo rentista, es posible socialismo en un solo país. Que lectura le damos a la apertura económica en Cuba. Qué lección nos dejó la experiencia de la unión Soviética?
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